jueves, 28 de octubre de 2010

Maquina

¿Quién dijo que las maquinas eran seres metálicos, duros y rectangulares?

La verdadera máquina es un ente intangible, enmarañado, complejo y temporalmente somnoliento.

De cuando en cuando despierta de su larga siesta y toma protagonismo sin ninguna invitación en particular.

La animación del sujeto, antropófago e insaciable, es un suceso cultural de alto impacto, aplaudido, deseado y celebrado por las multitudes. ¡Hurrah!

Meticuloso y persistente en su objetivo, la maquinización ocurre en forma silenciosa y autologa. Camuflada en valores sociales positivos, la transformación es imitada aún por aquellos más nobles personajes de nuestra flora y fauna.

Pareciese que todo en sus partes encajara y funcionara en forma perfecta y sincronica, como una melodía universal.

Los bemoles de todo este júbilo y éxtasis no deben ser pasados por alto. Como una máquina única pero maquina en fin, existe el riesgo de implosión. Además, inclusive las más selectas pueden claudicar sin aviso ni analgesia.

Puede intentarse en vano su reparación, cuantas veces estime necesario. Todo proporcional al cariño adquirido por el artefacto y las energías disponibles en su arreglo.

Cuidado eso si con la fatiga.

A pesar de todo lo que se intente enmendar, las maquinas nunca sanaran, siempre tendrán una vida útil y seguramente terminaran en un rincón de la bodega.

Elija con sabiduría los próximos pasos.

martes, 24 de agosto de 2010

Al final del pasillo

Barría su escoba como de costumbre cuando vio algo resplandecer a lo lejos.

.- “Nada interesante, de seguro algún tipo de envoltorio”. Bajo la vista y siguió el movimiento pendular de la madera que tenía en sus manos. Continuo implacable hasta llegar al fin del pasillo sin sorpresas.

Al día siguiente saludaba a los transeúntes al otro lado del ventanal con su paño húmedo y el limpia vidrios.

.- “Movimientos circulares”, se repetía sonriendo. La parte favorita de su día, tiempo para observar gente y jugar a adivinar sus ocupaciones era un placer que solo unos pocos privilegiados tenían la oportunidad de ejercer.

Al finalizar la limpieza de los vidrios recordó la pequeña luz. Saco brillo a todas las manillas mientras se acercaba al final del pasillo. Como de costumbre, cuando llego al final no noto nada extraño.

Ya acostumbrado a aquella luz al final del pasillo, terminar de barrer y buscarla sin exito se transformo en su actividad predilecta de la rutina.

Pasaron las primaveras y el resplandecer con el tiempo fue abarcando todo el pasillo con rayos dorados y cálidos que envolvían todo a su alrededor.

Un día como pocos, el pasillo se notaba extrañamente corto y aquella luz ya no estaba al final del pasillo sino en todos lados.

Inmerso en la luz intento buscar el pasillo para volver a los ventanales. Solo vio una larga escalera.

domingo, 18 de abril de 2010

Compasión


Pareciera que cuando algunas personas hablan de compasión, tienen la noción de que involucra un descuido parcial o incluso un sacrificio de sus intereses personales. Esto no es tal. El amor genuino primero debiera ser dirigido hacia uno mismo. Si no nos amamos nosotros mismos. ¿Podremos amar a otros?.


Dalai Lama.

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